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    Carlos Arana

    Marketero de profesión, se ha hecho un nombre en el rubro de las bebidas espirituosas y la industria del entretenimiento. Vive en Nueva York, pero viene a Lima a menudo para hacer realidad sus proyectos teatrales.

    Si hay algo que Carlos Arana sabe, es conseguir lo que se propone. Durante 8 años manejó la marca de Tequila José Cuervo y, en ese tiempo, no solo logró posicionarla a nivel mundial, sino que además creó la categoría “tequila” en el mercado mundial de licores. Actualmente, es dueño de Hiro Sake, bebida premium que ha ganado numerosos premios por su calidad. Como si esto fuera poco, también es un reconocido productor de Broadway que acaba de recibir su tercer premio Tony por la reposición de ‘Skylight’, obra que se acaba de estrenar en Lima bajo el nombre de ‘Cielo Abierto’.

    portada

    ¿Qué lleva a un exitoso empresario de la industria de los licores a destacar en el teatro?
    Toda mi vida me ha gustado el teatro. Cuando mi abuela me llevó por primera vez, tenía 6 años. Fuimos a ver una obra de Cattone y me impresionó el escenario, la música de fondo, y que pudiera ver a la gente que salía en la televisión. Desde ahí me encantó. Ya en el colegio, cuando tenía 13 o 14 años, tuve la oportunidad de dirigir una obra. Después, en quinto de media, hicimos en el Teatro Municipal “Los árboles mueren de pie”, un clásico. Siempre he tenido ese bichito del teatro, pero seguí la carrera de marketing que igual me sirve mucho en el teatro.

    ¿Nunca quisiste ser actor?
    Se me cruzó por la cabeza, pero no sé si yo sería muy bueno de actor. Más me gusta toda la parte de la creación.

    Ya tenías una carrera en marketing, pero en el rubro de los licores. ¿En qué momento tomaste la decisión de dedicarte también al teatro?
    Por más que he hecho carrera en el mundo de los licores, siempre he ido al teatro. En Nueva York, en el 2003, fui a ver la obra ‘The Boy from Oz’ y me pareció tan linda… Era diferente a todos los musicales, porque contaba una historia verídica, la del cantante Peter Allen. Una persona que vivió a su manera e hizo lo que tenía que hacer para llegar a donde quiso, sin importarle lo que la gente pensara. Para mi, el tema de la obra es que tienes que vivir tu vida. La música me pareció linda y la historia espectacular, entonces dije: «Me gustaría volver a Perú algún día y hacer esto».

    No dijiste: «¡Ay qué linda!», dijiste: «Esto quiero hacer»
    Sí. Pero ¡imagínate! Te hablo de una obra cuyo protagonista era Hugh Jackman. Y yo no tenía idea de cómo hacerla. En ese tiempo yo manejaba la compañía de licores José Cuervo, y si me iba a meter a producir una obra de teatro, definitivamente iba a ser esta.

    Y lo hiciste
    Pasaba el tiempo pero siempre tenía ese proyecto metido en la cabeza. 5 años después de ver ‘The Boy from Oz’, estaba en Perú y fui al teatro a ver ‘Cabaret’. Cuando vi actuar a Marco Zunino no sabía quien era, pero pensé que él podría ser el protagonista, porque para ese papel tienes que tener un gran talento que te permita mantenerte en el escenario durante toda la obra. Entonces le escribí para contarle del proyecto.

    Diste el primer paso
    El primero de muchos, pues el camino no fue fácil. Para empezar, los derechos de esta obra no existían porque Robert Fox, el productor, solo la inventó para Australia (país de donde es Peter Allen) y para Nueva York. No se había ocupado de hacer lo que se hace cuando se arma una obra de teatro: un paquete para que pueda comercializarla en el mundo entero. Cuando le escribí para contarle que quería montar la obra en Perú, me respondió que antes que nada teníamos que conocernos. Y pasaron otros 3 meses hasta que nos pudimos encontrar en Nueva York. Me dio los derechos, pero me explicó que no se iba a pasar el resto de la vida negociando los derechos de las 25 canciones de la obra, así que tuve que hacerlo yo. Negocié los derechos de canción por canción, toda de coautores distintos. Eso me tomó otros 6 meses.

    Queda claro que realmente querías hacerlo…
    Con esto quiero decir que para llegar a donde uno quiere, tiene que ser perseverante y trabajar. Avancé poquito a poquito pero, 9 años después de que vi ‘The Boy from Oz’ en Nueva York, pude hacer ‘El Chico de Oz’ en Lima.

    ¿Qué aprendiste?
    Que cada vez que alguien te pregunta por qué, debes decirle ¿por qué no? Igual, algunos dirán que definitivamente no les gusta cierta obra. Otros dirán que no es lo que el público consume. Bueno, hay que ir evolucionando con el público. La gente no se queda estática y si lo hace es porque no les enseñas otra cosa. Hay que darles y que ellos decidan. En el caso de El Chico de Oz me decían que el público se iba a horrorizar por los temas que se tocan en la obra, pero tuvimos un gran éxito. Ganamos el premio Luces de ese año, que es por votación del público.

    Eres un soñador trabajador. Porque ¡bueno! Soñadores somos todos…
    Hay un dicho de Steve Jobs: «Vision without execution is just hallucination». Cualquier cosa que esté en tu imaginación que no esté bien ejecutada se convierte en una alucinación. Cuando yo pienso hacer algo, si de verdad lo quiero hacer, sé que lo tengo que hacer yo y eso hace que mi vida sea bien ocupada. Hay cosas que sé que las tengo que liderar y después voy armando un equipo. No puedo decirle a alguien «hazme ‘El Chico de Oz’». Claro que tampoco puedo hacerlo solo.

    ¿Eres entusiasta por naturaleza?
    Para lo que quiero hacer sí, para tonterías no jajaja. Más que nada, se trata de fuerza interna y saber escoger a la gente adecuada. En Perú nunca hago una obra solo, siempre tengo un coproductor. Conozco bien a la gente con la que trabajo. Así es fácil, porque sé que lo que acordamos desde el principio va a funcionar.

    Acaba de ser el estreno de ‘Cielo Abierto’, obra ganadora del Tony 2015. ¿El montaje fue difícil, también?
    Esta vez fue al revés. Cuando hice ‘Skylight’ en Londres en el 2014, Alberto Ísola me escribió para decirme que ese papel era el sueño de su vida. Y con Mateo Chiarella, coproductor de la obra en Lima, dijimos: ¿En serio? ¡Hagámosla! Le preguntamos a Alberto cuándo estaba disponible y nos dijo que en julio del 2016.

    En el caso de Wendy Vásquez, Mateo y yo la vimos en la obra ‘Otras Ciudades del Desierto’ y pensamos que era perfecta. Alberto y Wendy han trabajado mucho juntos y es muy interesante verlos en esta obra. Es un placer trabajar con los dos.

    En esta obra, el teatro es especial
    No la puedes hacer en un teatro grande porque pierdes la intimidad. El teatro Ricardo Blume es perfecto porque es circular y solo entran 180 personas. Es importante que el espectador sienta que es parte de lo que está pasando en el departamento y se involucrará en la historia.

    El proceso de construcción de una obra es más difícil de lo que parece
    Toma tiempo. ‘Cielo Abierto’, por ejemplo, es una obra inglesa, así que hubo que traducirla. Y si bien es cierto que en la obra se discuten temas universales, los mencionan con el contexto Inglaterra. Entonces, no solo hay que traducirla sino leer la traducción con los actores, para asegurarnos de que se escucha y entiende bien. Eso es solo el primer paso. Después hicimos la primera lectura, vimos los presupuestos, cómo iba a ser el escenario, el afiche, todo.

    ¿Tienes planeado hacer más proyectos en Lima?
    Yo ya tengo planeada una obra de la que no puedo hablar todavía para octubre del 2018 en Lima. Me encanta hacer obras acá, pero es difícil porque no hay teatros.

    Lo que hace falta para impulsar el teatro nacional
    Sí. Tiene que haber más espacios. Me parece un crimen que el teatro Segura que es lindo esté cerrado hace 5 años. O el teatro Leguía sea un depósito abandonado. ¿Por qué alguna empresa o el gobierno no lo reabre? Se necesita que las empresas despierten. Estamos en un momento importante como país. La economía crece y el arte debe crecer también.

    Frustra querer hacer obras lindas y no tener dónde
    No hay manera de hacer largas temporadas. Denisse Dibos y yo hemos hablado varias veces de hacer Los Miserables, pero no se puede montar una obra así si no tienes un teatro disponible unos 4 o 5 meses. Es una pena, porque hay talento y hay la capacidad de hacerlo, hay muy buenos productores acá pero no hay lugar.

    ¿Cómo haces para hacer todo lo que quieres hacer?
    Todos los empresarios tienen hobbies y así como hay gente que juega golf o tennis cuando tiene tiempo libre, yo hago teatro. Para mí es mi equilibrio. Tengo una marca de sake que es mi negocio y en cuanto al teatro, trabajo solo en los proyectos que me gustan. Siempre se puede, es cuestión de que organices tu tiempo.

    Fotos: Renzo Díaz Agency
    Styling: Fiorella Milla.

    Por Sandra Roncagliolo

    jueves 21 de julio, 2016